El lunes 26 de mayo la comunidad argentina residente en Roma ha celebrado el 204º aniversario de la Revolución de Mayo con una ofrenda floral al monumento del General Belgrano y luego con una Santa Misa en la Iglesia Nacional Argentina de “Santa María Adolorada”.
La eucaristía que se ha celebrado un día después de la fecha oficial, para no hacerla coincidir con la misa dominical, ha sido oficiada por Mons. Guillermo Karcher de la Oficina de Protocolo de la Secretaría de Estado de la Santa Sede y concelebrada por varios sacerdotes argentinos, entre ellos el rector del colegio sacerdotal argentino, Antonio Grande, el teólogo argentino, Padre Juan Carlos Scannone S.I. y el superior general de la Orden la de Merced, Fray Pablo Ordoñe Borges.
La misa estuvo encabezada por el Embajador Argentino ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero y por el Embajador Argentino ante Italia Torcuato Di Tella, acompañados por todo el cuerpo diplomático y el personal de nuestras representaciones.
A la celebración asistieron también diversas autoridades diplomáticas ante Italia y del Vaticano; entre ellas, el Monseñor Giuseppe Laterza, oficial de la Secretaría de Estado del Vaticano.
Monseñor Karcher reflexionó en su homilía sobre el don de la paz y la concordia, que animó a pedir a Dios para todos los pueblos del mundo. Reconoció que los argentinos, desde 1810, están invitados a no bajar los brazos y a renovar el compromiso para no perder los valores que sembraron los antepasados; entre ellos, la igualdad.
Finalmente, además de dar gracias a Dios por el 204º aniversario de la Revolución de Mayo y rezar por la patria, quiso recordar el viaje del santo Padre a Tierra Santa que se estaba concluyendo en aquellas.
“Que Dios nos de a todos su bendición y su paz mientras acompañamos con nuestra oración y cariño al papa Francisco, que está concluyendo su peregrinación en Tierra Santa como misionero de la Paz”, dijo Mons. Karcher y añadió: “antes de emprender el viaje me encargó de saludarlos a todos en esta circunstancia.”
Seguidamente el Embajador Cafiero tuvo un discurso en el que, además de subrayar la excelente relación existente entre la Santa Sede y Argentina, invitó a todos los presentes a acompañar con su oración la misión del Santo Padre en Tierra Santa al Señor.
Por último, dirigiéndose a los numerosos diplomáticos allí presentes los instó a rezar al Señor para que los ayude a construir los puentes necesarios a establecer el diálogo, la paz y la colaboración reciproca entre las naciones que tienen el honor de representar y a continuación se entonó el himno nacional argentino.