La propuesta surgió en el ámbito de la XXI Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales sobre "Trata de Personas" que tuvo lugar en Vaticano del 17 al 21 de abril y a la que asistió también la Jefa de Cancilleria de la Embajada Argentina ante la santa Sede.
El Canciller e la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo había explicado a los micrófonos de Radio Vaticano la relevancia de esta reunión que con respecto a los encuentros anteriores buscaba proponer modos concretos para ayudar a las víctimas.
Asimismo, el Papa Francisco en la audiencia privada concedida el 18 a los participantes había hecho hincapié en la necesidad de que “toda la sociedad crezca en esta conciencia especialmente en lo que respecta la legislación nacional e internacional, para poner a los traficantes en manos de la justicia y reutilizar sus injustas ganancias para la rehabilitación de las víctimas” e insistiendo en la necesidad de buscar “modalidades idóneas para penalizar a quienes se hacen cómplices de este mercado deshumano”.
Respondiendo al llamado del Santo Padre, al terminar la plenaria los participantes exigieron en un comunicado que el delito de la trata sea considerado, un crimen contra la humanidad, a fin de poder superar así las trabas y vacíos legales en las legislaciones nacionales.
"La trata de personas en todas sus formas, y en particular el tráfico para fines de explotación sexual y prostitución, debe ser declarada un crimen de lesa humanidad. Los traficantes deben ser llevados a juicio en el marco de leyes nacionales e internacionales claras, con el decomiso de aquellas ganancias que sean producto de su actividad ilegal, y las víctimas deben ser indemnizadas por todos los daños sufridos", puntualizaron.
En la presentación de las conclusiones en la Sala de Prensa del Vaticano: Margaret Archer, presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales; el profesor Stefano Zamagni y el profesor Pierpaolo Donati, miembro de la misma Academia.
“Hablaremos con el secretario de la ONU el próximo 28 de abril cuando visite el Vaticano”, dijo Margaret Archer, presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales.
Asimismo, sostuvo que dos puntos importantes de la reflexión son: la protección de las victimas – que prevé la distinción entre inmigrante ilegal y la persona esclava para que puedan denunciar – y las alternativas para reducir el mercado de la trata.
“Dar vida a una agencia dentro de la ONU para luchar contra la trata de seres humanos” explicó Stefano Zamagni, especialista e integrante de la Academia Pontificia, “revolucionaría la perspectiva actual que ve este delito sólo como algo contra el ordenamiento de los Estados individuales".
A ese respecto, Stefano Zamagni, explicó que se trataría en concreto de una autoridad en el modelo del comercio mundial, que sea capaz de hacer cumplir los protocolos en el campo de la trata de personas, en sus diversas formas que van desde la prostitución, al trabajo forzado y la venta de órganos.
Por su parte, el profesor Donati insistió en la importancia de erradicar los prejuicios, como el de confundir “al inmigrante que huye con la persona esclavizada”.
Recordó también que con la criminalización de ciertos delitos como la prostitución se han logrado pocos resultados, y que por ello es prioritario reducir la demanda de prestaciones sexuales. Aquí, el problema es de educación y cultural, además de económico debido a los enormes ganancias que produce la prostitución. Incluso varios países europeos obtienen beneficios tributarios de esta práctica.
Asimismo, otro punto importante es combatir el tráfico de órganos y educar a la población a donar los órganos voluntariamente, promover entre la población la solicitud de las tarjetas que autorizan la donación de sus órganos en caso de muerte y explicarlo a los fieles, en los colegios, y en las asociaciones para sensibilizar a la opinión pública, dirigiéndose no sólo a los individuos sino también a las redes sociales y a la sociedad civil.
(Fuente: Valores Religiosos y Aleteia)