04/11/2015
El pasado martes 3 de noviembre, en la Basílica Vaticana, el Papa Francisco celebró la Santa Misa en sufragio dlos cardenales y obispos fallecidos durante este año.
La Embajada Argentina ante la Santa Sede estuvo representada en la celebración por la Ministra María Fernanda Silva, quien participó de la Santa Misa en calidad de Encargada de Negocios.
Al empezar su homilía el Santo Padre pidió "para ellos el premio prometido por ser ''siervos buenos y fieles'' y, centrando su reflexión en el significado de la palabra «ministrar, o sea servir», hizo propicia la ocasión para recordar que "estamos llamados a renovar la opción de servir en la Iglesia".
A ese respecto, resaltó que "quién sirve y da, parece un perdedor a los ojos del mundo. En realidad, perdiendo la vida, se encuentra. Porque una vida que se despoja de si misma, perdiéndose en el amor, imita a Cristo: vence a la muerte y da la vida al mundo. Quién sirve, salva. Por el contrario, quien no vive para servir, no sirve para vivir''.
''Éste es el abajamiento del Hijo de Dios, que inclinó ante nosotros como un siervo para asumir todo lo que es nuestro, hasta abrirnos de par en par las puertas de la vida... Este estilo de Dios, que nos salva sirviéndonos y anulándose nos enseña mucho. Nosotros esperaríamos una victoria divina triunfal, Jesús en cambio, nos muestra una victoria humilde" explicó el Pontífice.
Aúnque "para nosotros es difícil aceptar esta realidad", el Santo Padre destacó que "también nosotros podemos vencer con Él, si elegimos el amor servicial y humilde, que se mantiene victorioso por la eternidad. ''
Finalmente, concluyó su homilía con esta advertencia: ''Mientras ofrecemos esta misa por nuestros queridos hermanos cardenales y obispos, pidamos para nosotros aquello a lo que el Apóstol Pablo nos exhorta: "Pensar en las cosas de arriba, no en las de la tierra"... Que sea suficiente para nuestra vida la Pascua del Señor, para estar libres de las preocupaciones de lo efímero, que pasan y se desvanecen en la nada. Que nos baste solamente Él, en el que hay vida, salvación, resurrección y alegría. Entonces seremos siervos de acuerdo a su corazón: no funcionarios que sirven, sino hijos amados que dan su vida por el mundo''.
Cabe destacar que entre los 12 cardenales fallecidos este año figura también Su Eminencia Reverendísima el Cardenal Argentino Jorge María Mejía, archivista y bibliotecario emérito de la Santa Romana Iglesia.
El Cardenal Mejía falleció el pasado 9 de diciembre y fue despedido en la misma Basílica de San Pedro con una misa exequial presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Ángelo Sodano, y concelebrada por más de 32 cardenales, incluido el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolín, y 14 obispos.
En aquella ocasión, luego de la misa en la que partecipó también gran parte del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, se presentó el Papa Francisco, quien presidió la última bendición del difunto purpurado y se despidió así del cardenal argentino, de quien era amigo. Sus restos fueron sepultados en la iglesia de San Jerónimo de la Caridad, en Plaza Farnese, Roma.