El pasado 22 de setiembre el Santo Padre Francisco estuvo en Cagliari, en la isla italiana de Cerdeña para su segunda Visita Pastoral en Italia después de la efectuada a otra isla, Lampedusa, en Sicilia, ambas afectadas por graves problemas. En Sicilia, la acogida de los inmigrantes procedentes de países en situaciones dramáticas, en Cerdeña la falta de trabajo por el cierre de muchas fábricas.
Al celebrar la santa Misa en el santuario de Nuestra Señora de Bonaria, el Santo Padre pronunció una homilía en la que habló justamente de la precariedad y de la incertidumbre del futuro que sufren los habitantes de la isla sarda por la falta de trabajo.
A tal respecto, dijo que "se necesita la colaboración leal de todos con el esfuerzo de los responsables de las instituciones y también de la Iglesia, para asegurar a las personas y a las familias los derechos fundamentales y hacer crecer una sociedad más fraterna y solidaria. Asegurar el derecho al trabajo, el derecho a llevar el pan a casa, pan ganado con el trabajo".
Luego, el Santo Padre instó a los sardos a que, a pesar de las dificultades, no olvidaran que no están solos, que son un pueblo y que en el camino no tuvieran miedo de mirarse los unos a los otros de manera fraternal, como enseña María. "Ella nos invita a ser verdaderos hermanos. No permitamos que nada ni nadie se interponga entre nosotros y la mirada de la Virgen... ¡que no nos roben su mirada!".
Cabe destacar que la Virgen del Buenaire o Virgen del Bonaire (Madonna di Bonaria) era considerada por los españoles como la patrona de los navegantes y su nombre dio origen al de la ciudad de Buenos Aires.
En representación de nuestro país en la celebración estuvieron presentes las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires y los representantes diplomáticos ante Italia y la Santa Sede.