Antes de finalizar el año 2011, el cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, presentó el Mensaje del papa Benedicto XVI para
En este Mensaje, el Pontífice dirigiéndose directamente a los jóvenes los exhortó a comenzar este año 2012 con una “actitud confianza, aunque en el año finalizado ha aumentado el sentimiento de frustración por la crisis que agobia a la sociedad, al mundo del trabajo y la economía, una crisis cuyas raíces son sobre todo culturales y antropológicas”. Les pidió que tengan "la paciencia y la constancia" de buscar la justicia y la paz, aún cuando ello puede comportar sacrificios e ir contracorriente, y luchar contra las injusticias y la corrupción.
Asimismo, les aseguró que nunca estarán solos, "ya que
Benedicto XVI también pidió a los padres, educadores y a los gobernantes que presten atención al mundo de los jóvenes, que los escuchen, los valoren y los ayuden a prepararse para afrontar los problemas que los afectan, porque – denunció - vivimos en un mundo en el que la familia "y también la misma vida, se ven constantemente amenazadas y, a veces, destrozadas".
Incluso dirigió un llamamiento a los medios de comunicación para que den su aporte educativo, destacando que les corresponde una gran responsabilidad porque los lazos entre educación y comunicación son muy estrechos.
En la homilía del 1 de enero de 2012, el Papa quiso resaltar que la tarea de educar a los jovenes, es un verdadero desafío porque, “en la era actual, caracterizada fuertemente por la mentalidad tecnológica”, en primer lugar, “querer no solo instruir sino educar no se puede presuponer, sino que es una opción” y en segundo lugar "porque la cultura relativista plantea una cuestión radical: ¿Tiene sentido todavía educar? Y, después, ¿educar para qué?” .
Al respecto, el pontífice insistió en la necesidad de “educar en la justicia, en nuestro mundo, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, más allá de las declaraciones de intenciones, está seriamente amenazado por la extendida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad, del beneficio y del tener”.
Benedicto XVI reiteró en su homilía que “educar a los jóvenes en la justicia y la paz” es la tarea que compete a cada generación y gracias a Dios la familia humana, tras las tragedias de las dos grandes guerras mundiales ha mostrado ser cada vez más consciente y eso porque -quiso al final subrayar- “frente a las sombras que hoy oscurecen el horizonte del mundo, asumir la responsabilidad de educar a los jóvenes en el conocimiento de la verdad y en los valores fundamentales, significa mirar al futuro con esperanza.”