En el Consistorio del 21 de febrero de 2001 el entonces Arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio fue creado cardenal por el Papa Juan Pablo II, quien le asignó el título de San Roberto Bellarmino.
Al trascender la noticia el arzobispado de Buenos Aires emitió un comunicado en el que se explicaba que : “Ser cardenal” es una cercanía mayor con el Papa, colaborando con el Sumo Pontífice en el servicio de la Iglesia Universal. Es el Papa quien los elige y en este caso estoy absolutamente seguro de que se trata de una especial consideración y cariño hacia la sede de Buenos Aires, (…) son todos los fieles de esta ciudad que están bajo la mirada del Santo Padre, y por ser ésta la capital del país, se hace extensiva a todos y cada uno de los argentinos. El Papa Juan Pablo II quiere mucho a la Argentina. Todavía recuerdo su voz vibrante y alentadora durante su visita (al país): ‘¡Argentina, levántate!’, y sigue muy de cerca los problemas de nuestra patria con un corazón paterno”.
Además, cabe destacar que en aquella ocasión el futuro Cardenal Bergoglio invitó a los fieles a no acudir a Roma para celebrar la púrpura y a destinar a los pobres el importe del viaje y ni siquiera quiso comprar vestiduras cardenalicias, sino que hizo adaptar a su talle las de su antecesor, el Cardenal Quarracino.
(Fuente: Tierras de América, blog de Alver Metalli)