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Papa Francisco al inauguró el Jubileo de la Misericordia

El martes 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, el Papa Francisco inauguró el Jubileo de la Misericordia abriendo la Puerta Santa de la basílica de San Pedro.

El Santo Padre fue el primero en atraversar la puerta y luego se detuvo en su umbral para rezar y esperar al Papa emérito Benedicto XVI, quien fue el segundo en curzar la puerta.

Los dos se saludaron con un abrazo que quedará entre las imágenes más conmovedoras de este Jubileo extraordinario, el primero en la historia con dedicación a un tema específico- la misericordia - e inaugurado con la presencia de dos papas. 

La cerimonia de la apertura de la Puerta Santa tuvo lugar después de una Misa Solemne celebrada en la Plaza San Pedro ante 50.000 personas, quienes acudieron de todo el mundo, desafiando el clima de alerta mundial por temor a atentados terroristas.

En su homilía el Santo Padre les pidió justamente "abandonar toda forma de miedo y temor”, "porque no es propio de quien es amado. Vivamos, más bien, la alegría del encuentro con la gracia que lo transforma todo".

"Atravesar la Puerta Santa, por lo tanto, nos hace sentir partícipes de este misterio de amor" afirmó el Papa, quien citando a San Agustín, nos recordó "cuánta ofensa se le hace a Dios y a su gracia cuando se afirma sobre todo que los pecados son castigados por su juicio, en vez de anteponer que son perdonados por su misericordia".

Por eso, nos explicó que "debemos anteponer la misericordia al juicio y, en todo caso, el juicio de Dios será siempre a la luz de su misericordia" y luego afirmó que este Año Santo, “será un año para crecer en la misericordia”.

Además, cabe destacar que este Año de la Misericordia conmemora también el cincuentenario de la conclusión del Concilio Vaticano II en 1965. Un evento que - como dijo el Papa Francisco- representó  "un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres de nuestro tiempo, un volver a tomar el camino para ir al encuentro de cada hombre allí donde vive: en su ciudad, en su casa, en el trabajo".

"Hoy, aquí en Roma y en todas las diócesis del mundo, cruzando la Puerta Santa queremos también recordar otra puerta que hace 50 años los padres del Concilio Vaticano II abrieron hacia el mundo" dijo el Santo Padre en su homilía y justamente resaltó que "el Jubileo nos provoca esta apertura y nos obliga a no descuidar el espíritu surgido en el Vaticano II, el del samaritano".

En el Angelus, la oración que el Papa reza desde la ventana del Palacio Apostólico, Francisco pidió un saludo especial para el papa Benedicto XVI y la concurrencia de la plaza estalló en aplausos. A todos les deseó “un año pleno de misericordia, para ustedes y de ustedes hacia los demás”.

La jornada del Papa Francisco siguió por la tarde,  en la plaza de España, donde hay una columna con una estatua de la Virgen María que los papas suelen visitar el Día de la Inmaculada Concepción para rendir homenaje. Allí, el Papa rezó por los pobres, los enfermos y los presos pero también “por los que han llegado de tierras lejanas en busca de paz y trabajo” y también manifestó su esperanza “de una vida mejor, libre de esclavitud, de rencores y miedos”.

La jornada concluyó con un evento insólito y extraordinario:  por primera vez, la cúpula y el frente de la basílica de San Pedro fueran utilizados como una gran pantalla para proyectar imágenes de fotógrafos famosos sobre el cambio climático y su impacto en la ecología. 

 

Fecha de Publicación : 09/12/2015