8/07/2016
Con motivo del Bicentenario de la Independencia Argentina, el viernes 8 de julio, se celebró una Misa de Acción de Gracias en la Iglesia Nacional Argentina “Santa Maria Addolorata” en Roma.
La celebración fue presidida por Su Eminencia Reverendísima el Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y concelebrada por Su Excelencia Mons. Sanchéz Sorondo, Canciller de la Pontificia Academia de Ciencias, el Monseñor Fabián Pedacchio, Secretario Privado de Su Santidad, el Monseñor Guillermo Karcher, quien ofició de ceremoniero-concelebrante, el Padre Daniel Forconesi, Vicerector del Seminario Argentino en Roma y otros sacerdotes argentinos que viven en esta capital.
En la Santa Misa, convocada por la Embajada Argentina ante la Santa Sede participaron además, Monseñor Giuseppe Laterza, oficial de la Segunda Sección de la Secretaría de Estado y numerosos Embajadores del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, encabezados por el Gran Comendator de la Soberana y Militar Orden de Malta Fra’ Ludwig Hoffmann von Rumerstein y el Decano del Grupo América Latina y Caribe, el Señor Embajador Grimaldi Céspedes.
En su homilía, el Cardenal Sandri recordó el recorrido de los 200 años de la Independencia Argentina, sus dificultades y sus logros, alentando a los presentes a vivir respetando el Estado de derecho, la libertad de opinión y de las opciones políticas, la paz, la Justicia y la democracia, luchando contra la corrupción y respetando siempre la dignidad de la persona humana.
Asimismo, el Cardenal agradeció ‘por una Argentina hecha por Dios próspera y generosa” y subrayó que ‘nuestro futuro promisorio se apoya en la riqueza humana de nuestros mayores, de nuestros conciudadanos, de nuestras familias, en el ánimo de nuestros niños y jóvenes, de nuestros abuelos, empresarios y trabajadores‘.
La Cónsul General argentina en Roma, Lucía Dougherty, leyó las intenciones en las que se pidió por el Papa Francisco, "para que experimente en todo momento la asistencia del Espíritu Santo y la oración constante del pueblo de Dios; por la Iglesia de la Argentina; "por todos los argentinos, para que todos podamos ser constructores de caminos de justicia y paz"; y "por todos los que sufren en nuestra patria, para que reciban la ayuda de Dios y la solidaridad de sus hermanos".
Tras la ceremonia, el Embajador Argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, pronunció un discurso en el que destacó las "gracias" recibidas por la Argentina desde sus 200 años de independencia” e invitó a considerar que "hoy vivimos un tiempo de restaurada esperanza".
Asimismo, recordando las palabras que el Presidente Mauricio Macri le transmitió al Santo Padre en el Día del Pontífice, subrayó "la gracia que significa que el papa Francisco haya nacido en nuestra patria" y el reconocimiento por su tarea en el mundo.
A ese respecto, ratificó que "la defensa de la paz y la unión entre los pueblos, la lucha por desterrar la pobreza, el cuidado de nuestra casa común, el combate al narcotráfico y la corrupción", son también ejes centrales de la acción del gobierno nacional y leyó la oración que el Presidente Macri pronunciara al cierre del Congreso Eucarístico Nacional en Tucumán.