El programa incluyó las siguientes instancias:
1) La llegada de las Jefes de Estado, Cristina Fernández de Kirchner, Presidente de Argentina, y Michelle Bachelet, Presidente de Chile.
2) Una audiencia privada del Santo Padre con la Presidente de Argentina; y posteriormente un encuentro de Cristina Fernández de Kirchner con el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Bertone.
3) Audiencia especial (con discurso) de Su Santidad a las delegaciones argentina y chilena. Tras reunirse por separado con Benedicto XVI y con el Secretario de Estado Tarcisio Bertone, la Presidente y su par chilena entraron en la Sala Clementina. Allí las aguardaron los miembros de las dos delegaciones -a la izquierda los argentinos y a la derecha los chilenos-.
Entre los pasajes más relevantes, el Papa destacó que “El Tratado de Paz y Amistad, y la mediación que lo hizo posible, está indisolublemente unido a la amada figura del papa Juan Pablo II, el cual, movido por sentimientos de afecto hacia esas queridas naciones y en sintonía con su incansable labor como mensajero y artífice de paz, no dudó en aceptar la delicada y crucial tarea de ser mediador en dicho contencioso. Con la ayuda inestimable del cardenal Antonio Samoré, él mismo siguió personalmente todos los avatares de esas largas y complejas negociaciones, hasta la definición de la propuesta que llevó a la firma del tratado”(...)“La consecución de la paz requiere la promoción de una auténtica cultura de la vida, que respete la dignidad del ser humano en plenitud, unida al fortalecimiento de la familia como célula básica de la sociedad. Requiere también la lucha contra la pobreza(...)el acceso a una educación de calidad para todos, un crecimiento económico solidario”.
5) Finalmente, la visita se cerró en la Casina Pio IV -lugar que acogió la firma del tratado en noviembre de 1984-, donde tuvieron lugar, en primera instancia, discursos tanto del Cardenal Bertone como de ambas Presidentes; posteriormente se realizó la firma -también de parte de las dos Presidentas- de tres pergaminos conmemorativos (dos para entregar a las respectivas Delegaciones y uno para dejar en la Casina Pio IV); y finalmente se descubrió una placa que recuerda los 25º años del tratado de paz y hace una mención especial a la ‘intercesión de Juan Pablo II’.